Introducción
Si hay algo que caracteriza a la gastronomía belga, sin duda son las frites. Este plato, conocido también como papas fritas o patatas fritas, es uno de los más populares en Bélgica y es considerado uno de los símbolos nacionales del país.
Origen de las frites
Aunque su nombre pueda hacer pensar que las frites provienen de Francia, la verdad es que su origen se remonta a Bélgica. Se cree que en la Edad Media, los habitantes de la región de Valonia ya consumían patatas fritas, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se popularizaron en todo el país.
Elaboración de las frites
Las frites se preparan a partir de patatas cortadas en forma de bastones y fritas en aceite caliente. Sin embargo, lo que hace que las frites belgas sean únicas es su técnica de doble cocción. Primero, las patatas se fríen a baja temperatura para que se cocinen por dentro y queden tiernas. Luego, se sacan del aceite y se dejan enfriar. Por último, se vuelven a freír a alta temperatura para que queden crujientes por fuera.
Consejo:
Para unas frites perfectas, es importante utilizar patatas de buena calidad, cortarlas todas del mismo tamaño y dejarlas enfriar antes de volver a freírlas.
Variedades de frites
Aunque las frites tradicionales son las que se preparan con patatas, en Bélgica también se pueden encontrar otras variedades como las frites de patatas dulces, las frites de zanahoria o las frites de remolacha. Además, también se pueden acompañar de diferentes salsas, como la mayonesa, el ketchup o la típica salsa andalouse.
Curiosidad:
En Bélgica, es muy común encontrar puestos ambulantes de frites en las calles, especialmente en las ciudades turísticas como Bruselas o Brujas. Estos puestos suelen ofrecer frites recién hechas y se pueden acompañar con diferentes toppings como queso, bacon o cebolla frita.
La friterie belga
Además de los puestos ambulantes, en Bélgica también existen los llamados friteries, locales especializados en la venta de frites. En estos establecimientos, se pueden encontrar diferentes tamaños de porciones de frites y una amplia variedad de salsas para acompañarlas. Algunas friteries incluso ofrecen la opción de añadir toppings a las frites para crear combinaciones únicas y deliciosas.
Recomendación:
Si visitas Bélgica, no puedes dejar de probar las frites en una friterie tradicional. Es una experiencia gastronómica que no te puedes perder.
Conclusión
En resumen, las frites son un plato típico y delicioso de la gastronomía belga que ha conquistado el paladar de personas de todo el mundo. Su técnica de doble cocción y su variedad de presentaciones y acompañamientos hacen que las frites sean una opción perfecta para cualquier ocasión. Así que la próxima vez que tengas la oportunidad, no dudes en probar las frites belgas y disfrutar de una verdadera experiencia culinaria.
